La infraestructura en México, en constante desarrollo y con una extensa red de carreteras, puertos, aeropuertos y telecomunicaciones, facilita el comercio y la inversión.
Cuenta con una administración comprometida con principios de austeridad, honestidad y combate a la corrupción.
El gobierno federal mantiene un compromiso para garantizar la estabilidad macroeconómica y mantener finanzas públicas sanas.